Martes 21 de enero de 2025
Serán el pretexto de Elon Musk para reducir la burocracia
Dr. Armando Rojano Uscanga
Más que enemigos externos el gobierno de Donald Trump tendrá que enfrentar a los internos incrustados en las agencias gubernamentales, que han servido lo mismo a gobiernos demócratas, como el de Joe Biden, Barack Obama y Bill Clinton, que a republicanos como el propio Trump y George W. Bush y su padre George H.W Bush. Se trata de millones de servidores públicos, en distintos niveles de gobierno, que el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) dirigido por el CEO de Tesla, Elon Musk y el exprecandidato presidencial Vivek Ramaswamy, que serán despedido al eliminar agencias federales enteras y recortar tres cuartas partes de los empleos del Gobierno federal.
En Estados Unidos, las órdenes ejecutivas son directivas pertenecientes al derecho administrativo dictadas por el presidente que administran las operaciones de la rama ejecutiva del gobierno federal con el objetivo de hacer cumplir las leyes y surgen efectos obligatorios únicamente para los miembros de la misma. Son simples circulares, como las llamamos en México, que están sujetas a las leyes y en su caso a los reglamentos.
Trump y las agencias del gobierno no tienen potestad reglamentaria, no pueden crear normas de carácter general para la población o el comercio, salvo en los casos expresos en que las leyes del Congreso les den potestades de “rulemaking”, una ley que delega la autoridad para promulgar reglamentos se denomina estatuto de autorización o delegación de autoridad reglamentaria. Pero en el Congreso está el contrapeso de los demócratas y de muchos republicanos.
Las órdenes ejecutivas de Trump cumplen con su promesa electoral, pero pueden ser frenadas en los tribunales si se contraponen a las leyes. Y en última instancia y muy importante, Estados Unidos si es una Federación, y los estados demócratas harán valer su status. Pero mientras, las órdenes servirán a Musk y colegas para despedir a los funcionarios que no colaboren.