Sábado 5 de julio de 2024
Escaso margen presupuestario para hacer reformas
Dr. Armando Rojano Uscanga
La victoria laborista en el Reino Unido tendrá poca influencia en la economía, tal vez un poco más de PIB en medio de un escaso margen presupuestario, pues el nuevo gobierno de Keir Starmer no podrá aplicar reformas muy radicales, sufrirá estrecheces para disparar el gasto, y tendrá poco margen para subir impuestos, por lo que el optimismo de ciudadanos e inversores viene del refrescante cambio de caras.
En eso se traduce el Vuelco político en el Reino Unido tras las elecciones generales celebradas el jueves pasado, que dejaron atrás 14 años de gobierno del Partido Conservador, y donde el Partido Laborista liderado por Keir Starmer obtuvo una aplastante victoria, asegurando una mayoría parlamentaria absoluta, al ganar más de 400 escaños, de un total de 650. Los tories (conservadores) sufrieron una colosal derrota al ganar solo 120 escaños, su peor resultado registrado.
Los resultados coincidieron con las expectativas, por lo que la reacción inicial del mercado es moderada y su interés está en la receta económica del nuevo gobierno laborista, después de
ocho años de Brexit, los duros golpes de la pandemia y la guerra en Ucrania que sumieron al Reino Unido en la tensión política e la incertidumbre económica. El crecimiento de su economía ha sido muy modesto, la crisis inflacionaria es peor que en EEUU y Europa, con un máximo superior al 11% en el IPC. La pérdida de poder adquisitivo, el deterioro de los servicios públicos, como la sanidad, y la escasez de productos han agitado son preocupantes.
Los efectos del Brexit han aislado al Reino Unido más de lo esperado y a eso se debe el brusco cambio político. Las diversas crisis de los últimos años han desorganizado las finanzas públicas. A pesar del bajo desempleo, el déficit presupuestario ha promediado el 5,6% del PIB en los últimos tres años, aunque la crisis del coronavirus ya terminó hace tiempo. La deuda pública es del 100% del PIB; antes de la crisis de 2008 era inferior al 40%. Empresarios e inversores ven con buenos ojos el regreso de los laboristas como alternativa, más que por medidas concretas, como revulsivo que haga recuperar cierto optimismo.