AHORRAR EN CHINA NO ES ACONSEJABLE 

                                                Miércoles 22 de noviembre de 2023 

                                  

                                        Hogares se resisten a consumir 

Dr. Armando Rojano Uscanga 

Los economistas suelen aconsejar que se fomente el ahorro y se contenga el gasto, pero eso, llevado al extremo y de forma colectiva, puede suponer la ruina de una economía, porque en un sistema basado en la división del trabajo y la especialización de la producción, como el que vivimos, el gasto de uno es el ingreso de otro.  

Eso ocurre en China, donde la reducción de la contribución de la inversión al PIB en favor de un mayor peso del consumo, le iba a permitir alcanzar nuevas etapas de desarrollo y mayor independencia económica. Pero los hogares y las empresas empezaron a ahorrar una parte creciente de su renta, generando un desequilibrio que desemboca en un crecimiento económico inferior o incluso en una recesión, provocada por el exceso de ahorro colectivo de un sector económico tan grande como los hogares, que termina dañando el propio ahorro de las familias. Es paradójico, pero el ahorro colectivo y coordinado termina destruyendo el ahorro a través de una reducción de la renta. 

Los expertos coinciden en que la causa de la desaceleración está más relacionada con los desequilibrios estructurales que con el empeoramiento de la confianza  de los inversores, pues la de las características distintivas de la economía china son sus extraordinariamente altas tasas de inversión y ahorro, que superan el 40% del PIB,  el doble de Unión Europea y EEUU, y superior a otros países asiáticos, como Japón y Corea del Sur, un modelo que parece atractivo, pero que tiene sus límites, pues tal inversión genera rendimientos decrecientes, por ejemplo, en el sector de la construcción, donde muchas empresas chinas enfrentan un escenario más que sombrío después de años de fuerte inversión y grandes beneficios. La única solución es un cambio de modelo donde el avance de la economía dependiera de un mayor gasto de los consumidores. Sin embargo, el consumo ni está ni se le espera, por ahora. 

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