Domingo 12 de noviembre de 2023
China, su cómplice, lo compra con descuento
Dr. Armando Rojano Uscanga
Aunque el pasado 3 de noviembre, la Cámara de Representantes estadounidense aprobó un proyecto de ley para endurecer las sanciones sobre las exportaciones de petróleo iraní, extendiéndolas a puertos y refinerías que procesan crudo originario de la república islámica, por considerarla un aliado clave de Hamás en guerra con Israel, el régimen de Teherán sigue esquivando las restricciones con la ayuda de China, su mayor comprador.
Según Vortex, citado por Reuters, de enero a octubre de este año China ha comprado 1,05 millones de barriles de petróleo iraní diarios, un 60% más que en 2017, cuando se alcanzó el récord de compra de crudo. Calculan que Irán exportó, en octubre, un total de 3,17 millones de barriles de petróleo diarios, el mayor volumen desde 2018, cuando la Administración Trump restituyó las sanciones al régimen de Alí Jamenei, lo que significa que el petróleo sancionado sigue fluyendo, la mayor parte hacia China.
Para distribuir tanto crudo a China se utiliza una flota ‘fantasma’ de buques iraníes que ocultan su propiedad y rastreo de movimientos para evitar ser detectados, cruzando el Estrecho de Malaca, entre Malasia y Singapur, para acceder al Mar de China Meridional, siendo imperceptibles para los radares vía satélite, hasta llegar a los puertos de Shandong, provincia china que concentra el 70% de la capacidad total de refinado de ese país. En Shandong se ubican numerosas “teteras” (teapot en inglés), refinerías de menor tamaño de las Sinopec, la empresa estatal. Las teteras son de empresas que compran el crudo iraní, cuyas operaciones son difíciles de rastrear por el sistema financiero global y que tienen un gran margen de utilidad, con el crudo iraní de buena calidad y muy barato, pues en julio pasado ofrecía un descuento de 30 dólares el barril. La trama no es novedosa, pues las petroleras de Rusia, han usado los mismos buques iraníes para enviar petróleo a India o China.