Lunes 21 de agosto de 2023
Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica sesionan en Johannesburgo
Dr. Armando Rojano Uscanga
Esta semana, en Johannesburgo, se analizará el Producto Interno Bruto (PIB) creciente de los cinco grandes emergentes, que representan el 26% de la economía mundial y aspiran a ocupar territorios que hasta ahora dominaba el G7. Los dos socios más importantes son Rusia y China, enemigos declarados de Occidente, los otros juegan del lado que les llevan las circunstancias. En la cumbre de los BRICS (acrónimo de Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) enfatizarán su importancia geoestratégica, por lo que los mercados reaccionarán de acuerdo a sus intereses, como siempre.
Sin embargo, está claro que Rusia tuvo que subir los tipos de interés 350 puntos básicos, llevando el precio del dinero del 8,5% al 12%, el nivel más alto desde mayo del año pasado. Y que China, debió bajar de los tipos de los préstamos a un año en 15 puntos básicos hasta el 2,5% para fortalecer al yuan.
Será la cumbre más interesante de los BRICS desde la primera en 2009, celebrada en Rusia, el país convocante, y la primera presencial tras la pandemia del Covid-19. Los BRICS según el FMI, representan ahora un 26% de la economía mundial, pero las proyecciones indican que llegaría al 27% en 2024. Y serían mejores, sin tener en cuenta el PIB ruso, que apenas se acelerará un 2,5% de 2023 a 2024 según las estimaciones del FMI. En cambio, el G7, que representa el 43% de la economía global, se irá reduciendo en 2023 y en 2024. Y los BRICS, según el FMI, representarán el 33,6% de la producción mundial en 2028, frente al 27% del G7.
De allí la importancia de esta cumbre sudafricana en que tratarán de acelerar la dinámica de crecimiento, gestionando la incorporación de nuevos países miembros, como Argentina e Irán que solo deben formalizar sus peticiones; Arabia Saudí, Egipto y Turquía, que tienen los mismos planes, además de otros nueve, lo que el Bank of America amplía a 23 (incluyendo a Indonesia). Entre sus planes está crear una divisa comunitaria. Pero todo es parte de la mercadotecnia política, en que los países se manejan como negocios, sin considerar al accionista mayoritario, el pueblo, pues seguramente al próximo gobierno de Argentina tal vez no le parezca el proyecto.