Lunes 14 de abril de 2025
Anticipa una nueva era peor que la de 1930
Dr. Armando Rojano Uscanga
Singapur, el país más abierto al comercio, anunció el fin de la globalización y anticipa una nueva era peor que la de 1930, época con la que Lawrence Wong ve similitudes con los grandes problemas que están ocurriendo, aunque la situación puede ser aún más grave por la mayor interconexión. Estados Unidos impuso aranceles generalizados en 1930 mediante la ley Smoot-Hawley, muchas naciones respondieron, el comercio global colapsó y se profundizó la Gran Depresión.
Singapur es un archipiélago que depende por completo de las exportaciones e importaciones para seguir creciendo, que se ha convertido en uno de los mayores hubs internacionales de comercio de materias primas gracias su posición geográfica estratégica, que le ha permitido alcanzar niveles de renta per cápita únicos en el mundo. Pero ahora está amenazado por la guerra comercial en marcha, propiciada por los aranceles que EEUU ha impuesto a todo el mundo. Por eso Wong, su primer ministro anunció que la era del libre comercio ha llegado a su fin y que entramos a una peligrosa fase que puede ser peor que lo vivido en 1930, después de la Gran Depresión, pues el mundo está mucho más interconectado y la economía de EEUU tiene mayor peso.
El comercio exterior de Singapur triplica su PIB y aunque Donald Trump le ha impuesto solo un 10% de arancel a las importaciones procedentes del país asiático, de los más bajos en la región, temen que el conflicto erosione las estructuras multilaterales que han sostenido la economía internacional desde el fin de la Segunda Guerra Mundial. Por décadas, Estados Unidos fue el principal promotor del comercio multilateral y lideró la construcción de la Organización Mundial del Comercio (OMC), y ahora parece dispuesto a destruir todo. El principio de nación más favorecida (MFN, por sus siglas en inglés), que trata a todos los socios comerciales por igual, salvo casos de acuerdos de libre comercio se tambalea, pues las nuevas tarifas DE EEUU rompen el equilibrio, y países pequeños como Singapur, con poder limitado de negociación bilateral, resultarán muy afectados.