Lunes 3 de febrero de 2025
Beneficiará a las automotrices de China, su acérrimo enemigo
Dr. Armando Rojano Uscanga
De entrada, debemos reconocer que los tratados comerciales son letra muerta, pues los celebran un gobierno, los gobernados confían en lo acordado y llega otro gobierno que no los cumple. Así es el caso de las automotrices estadounidenses que trasladaron su producción a México, buscando mano de obra barata, pues no podían cubrir los salarios de sus trabajadores y el tratado comercial con México fue su salvación. Y desaparecieron Detroit, la Meca de la industria automotriz, que hoy es una ciudad fantasma.
México fue la gran oportunidad, para ellos y para nosotros. Ahora tendrán que replegarse, regresar a su país y vender a los chinos sus instalaciones, porque los aranceles significan, no solo la destrucción de empleos, sino el aumento de los precios de sus automóviles, sacándolos del mercado. El sector del automóvil norteamericano confió en el tratado de libre comercio e instaló fábricas en donde más le convenía, pero ahora su producción no puede entrar en territorio de uno de sus socios, Estados Unidos, por una decisión unilateral, como son los aranceles del 25 % impuestos por Donald Trump, que entrarán en vigor mañana martes 3 de febrero de 2025.
Los tres fabricantes automotrices más importantes de Estados Unidos están en una situación de colapso en un par de semanas, pues dependen depende de la producción de unidades y de partes fabricadas en los países que suscribieron el tratado, que solo reconoció la integración regional que venía dándose desde 1950, que llegó al grado de que el 40 % de la producción norteamericana de General Motors (GM) se efectúa en Canadá y México. Sólo en México GM produce 845.000 vehículos que se exportan a EEUU y Canadá. Ford produce más de 350.000 automóviles en México que luego son exportados a EEUU.