LA NUEVA ERA NUCLEAR DE JAPÓN

 Viernes 17 de enero de 2025

                                           

                                                 El 20% de su mix energético sería atómico

Dr. Armando Rojano Uscanga

En 2011, en Fukushima, Japón sufrió un terremoto y un tsunami que causaron a uno de los mayores accidentes de la historia nuclear de la humanidad, debiendo evacuar a 154.000 residentes y vertiendo agua contaminada en el Océano Pacífico. Un año después, el país emprendería un apagón nuclear completo que culminaría en 2030, con 0% de producción de este tipo de energía. Pero en el último lustro, Japón no sólo no ha abandonado la nuclear, sino que la en el centro de su estrategia energética. En 2024 el país nipón restauró dos de los reactores inhabilitados tras los eventos de Fukushima, y volvió a poner en marcha el Onogawa-2, el más cercano al epicentro del terremoto y el más polémico, por ser un reactor de agua a presión. Son 14 centrales que volvieron a estar operativas, lo que demuestra que ha dejado atrás su rechazo nuclear.

Ahora Japón tiene 33 reactores nucleares operativos y dos nuevos en construcción, solo usa activamente doce de ellos y tiene puede seguir ampliando su producción nuclear sin nueva infraestructura, pues hay plantas paradas en revisión desde 2011, y las rehabilitadas no se están utilizando. Antes del desastre, producía un 20% de su energía por esa vía, y creían poder llegar al 40%, para ser libre energéticamente y menos dependiente de las exportaciones.

De 2013 a 2015 Japón suspendió su parque nuclear para realizar controles de seguridad y actualizaciones obligatorias. Eso obligó a la reapertura de 9 centrales, más al oeste del país, lejos del accidente, que eran centrales de agua en ebullición, modelo considerado más seguro que los reactores agua a presión (PWR, por sus siglas en inglés), que, según la EIA despertaba grandes preocupaciones de seguridad pública. Las últimas aperturas este año son modelos PWR.

Japón pretende que la energía nuclear recupere el mix energético previo al accidente y apuesta a rehabilitar toda su infraestructura para alargar su vida operativa, disparando la producción, y por tres reactores totalmente nuevos que están siendo construidos, para compensar su dependencia de las importaciones de gas natural, petróleo y carbón, pues resultar ser el segundo mayor importador mundial de gas natural licuado (GNL) después de China y el tercer mayor importador de carbón.

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