Jueves 11 de abril de 2024
Pasa de cliente frecuente a competidor y proveedor indispensable
Dr. Armando Rojano Uscanga
La relación económica entre Alemania y China cambió radicalmente, pues la primera está perdiendo un buen cliente, que se ha convertido en un feroz competidor en el sector automotriz y peor todavía, cada vez depende más de productos chinos, tales como semiconductores y circuitos integrados para sostener a su industria.
Apenas el verano pasado el Ejecutivo alemán presentaba una estrategia de reducción de riesgos que marcaba distancias con el «desacoplamiento» defendido por Estados Unidos, pero que al mismo tiempo buscaba reducir la dependencia de China, pues Alemania cada vez exporta menos maquinaria, productos químicos y automóviles a ese país y en febrero de este año declaró estar en contra del proteccionismo y el desacoplamiento y que Alemania está dispuesta a proporcionar un entorno empresarial de calidad a las empresas de otros países.
China llegó a ser el mayor socio comercial de Alemania y casi la mitad de los fabricantes alemanes dependen de insumos intermedios chinos (tres cuartas partes de la industria automovilística), manteniendo este comercio combinado más de un millón de puestos de trabajo directos y de las diez empresas cotizadas más valiosas de Alemania, nueve obtienen al menos el 10% de sus ingresos de China, frente a solo a dos en EEUU, siendo Alemania el país europeo que más ingresos obtiene en el mercado chino, que representan casi el 10% de su PIB, incluidas las ventas de filiales en China. Esto ha cambiado en los dos últimos años, porque las empresas alemanas producen cada vez más para China en China, y la República Popular está ascendiendo en la cadena de valor, lo que reduce la demanda de productos altamente desarrollados procedentes de Alemania.