LA FILOSOFÍA DEL INSULTO CONVERTIDA EN BEST SELLER

                                                                                    Jueves 28 de marzo de 2024

                                    

                                   Insultario Veneto-Italiano de María Letizia Pivato

                                                                                         A Gaby y Fallo: Gracias

Dr. Armando Rojano Uscanga

“Qualche veneto vi tratta male, vi offende, vi schernisce e vorreste avere pronta la parola(ccia) giusta al momento giusto? Questo e il dizionario che fa per voi”. (Algún veneciano te trata mal, te ofende, se burla de ti y ¿te gustaría tener la(s) palabra(s) adecuada(s) lista(s) en el momento adecuado? Este es el diccionario para ti). Así reza la contraportada del Insultario Veneto-Italiano de María Letizia Pivato con 750 palabrotas, imprecaciones y maneras (más o menos crudas) de responder adecuadamente a un insulto en Venecia, en dialecto creativo, para turistas verdaderamente cosmopolitas.

La autora es María Letizia Pivato, la idea fue de Walter Basso. Fue publicado en octubre de 2023, se han hecho tres reimpresiones y ha vendido 20,000 ejemplares, a 7 euros, entre ellos el que tengo en mis manos. Parte de la certeza de que la lengua veneciana sabe expresar algunos conceptos con gran sencillez e incisividad, a través de un solo término o de frases rápidas, sin los límites retóricos impuestos por el italiano. La autora inició la caza de insultos en el seno familiar, entre las amigas, en los atascos automotrices, en las tabernas, en los juzgados civiles y en otros sitios en que se dan conflictos personales, encontrando que el dialecto veneciano, como el de Aristófanes, posee brío, carisma, facilidad e inmediatez, cualidades de las que a veces carece el italiano.

El tema ya lo había abordado Arthur Schopenhauer (1788-1860) en “El arte de insultar” (Die Kunst zu beleidigen), señalando que el insulto no deriva de conceptos groseros y vulgares, ni tiene la finalidad de injuriar, sino que sirve como recurso cuando el arte de la argumentación no prospera y queda anulado, y sirve para vencer dialécticamente al oponente en una discusión tanto para afirmaciones verdaderas como falsas. En otras palabras, recurrimos al insulto por impotencia, cuando se acaban los argumentos.

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