Martes 24 de octubre de 2023
Su secreto: en baterías y en atracción de inversores como Warren Buffett
Dr. Armando Rojano Uscanga
BYD (Build Your Dreams) duplicó sus beneficios del tercer trimestre respecto al año pasado y supera a Tesla en producción trimestral, el segundo fabricante estadounidense en ventas mundiales, por lo que sus acciones en bolsa se dispararon, para beneplácito de sus inversionistas, entre ellos el legendario Warren Buffett.
Esto refrenda el crecimiento de la industria automovilística china, que este año ha superado a Japón y se ha convertido en el mayor exportador del mundo, mientras las tensiones con Occidente, léase EEUU y Europa, también crecen, con el inconveniente de que son mercados de exportación para sus vehículos eléctricos o VE.
La historia de BYD es digna de los libros de texto capitalistas. BYD empezó como una empresa de baterías que más tarde empezó a fabricar coches. Su director ejecutivo, Wang Chuanfu, nació en 1966 en el condado de Wuwei, una de las provincias más pobres de China, en el seno de una familia de agricultores. Wang, huérfano cuando era adolescente y fue criado por sus hermanos mayores, se licenció en ingeniería y química física de la metalurgia, cofundó BYD junto con su primo en Shenzhen en 1995. Fabricaban baterías recargables para smartphones, portátiles y otros aparatos electrónicos, compitiendo con las importaciones japonesas, más caras.
Empezaron a cotizar en bolsa en 2002, compraron de Qinchuan Automobile Company, un fabricante estatal de automóviles en dificultades y aprovecharon subvenciones y desgravaciones fiscales. En 2008, Warren Buffett compró una participación de 10% en BYD Auto, prediciendo que China sería: «el mayor actor de un mercado mundial del automóvil que inevitablemente se volvería eléctrico». Y, como siempre, tenía razón.