Miércoles 5 de julio de 2023
Actúan así por presión o por afinidad ideológica
Dr. Armando Rojano Uscanga
Una llamada de auxilio, al viejo estilo de un mensaje en una botella (ahora de plástico) podría ser una llamada de atención a los países latinoamericanos cuyos mares están siendo saqueados por una numerosa flota de pesqueros chinos que gozan de la tolerancia de gobiernos endeudados con la potencia asiática. “Socorro, por favor, llamen a la policía”, dice el mensaje escrito en una servilleta, que hallaron en la playa de Montevideo, en cuyo puerto suelen descargar cadáveres de trabajadores que no logran subsistir con una ración de arroz al día y el maltrato de sus patrones.
Esta es solo una muestra más de las maniobras ilegales practicadas en la amplia flota de buques chinos desplegados en Latinoamérica, que han venido denunciando especialistas como el argentino Milko Schvartzman que ha declarado: “Toda la actividad de la flota pesquera extranjera en el Puerto se encuentra encubierta por complicidad de las autoridades. No hay voluntad del Gobierno de Uruguay en luchar contra la pesca ilegal o en contra de los abusos a los derechos humanos a bordo, sino que el Estado uruguayo se ve beneficiado por las actividades ilícitas de estas embarcaciones. Los países miran para otro lado por presión de China o por afinidad ideológica”
La flota pesquera china, la más grande del mundo, con 17,000 embarcaciones, depreda los océanos de Sudamérica. Cada año, 400 barcos recorren más de 10 mil millas náuticas (16.000 kilómetros) desde China para situarse en los límites de las zonas económicas exclusivas de países como Ecuador, Perú, Chile, Argentina, Uruguay y Brasil, de dónde se llevan todo, incluso especies en peligro de extinción como los tiburones.